Desde Acupcan consideramos que es importante saber situarse y conocer de forma consciente y profunda qué situación actual tienen sobre el terreno las Terapias Naturales en general y, específicamente, la Medicina Tradicional China. Saber «desde dónde» estamos haciendo las cosas, en cualquier terreno de nuestra vida, siempre aporta claridad y seguridad a uno mismo.
Actualmente, la MTC en nuestro país se encuentra dentro de un marco al que podríamos denominar de “alegalidad”, es decir, un marco totalmente legal pero no regulado legislativamente. La situación real con la que nos encontramos en España, con independencia de opiniones más o menos interesadas, en estos momentos es que «aún no existe regulación al respecto».
Partiendo de este punto, a priori, encuadrar a las Terapias Naturales dentro de un marco propio, regular y marcar unos estándares de calidad comunes, homologar las distintas formaciones existentes, normalizar las profesiones que se derivan de las distintas ramas, fijar los contenidos de sus programas de estudios, la duración de los mismos, la cualificación del profesorado y de los materiales didácticos… no debería parecer tarea tan complicada. Pero la realidad, lamentablemente, es otra. Los profesionales que nos dedicamos a las Terapias Naturales llevamos muchos años trabajando sobre un terreno un tanto inestable, debido a que nos encontramos en un punto donde confluyen muchos conflictos de intereses de las distintas partes, y donde aún no existe un posicionamiento claro y conciso de las Administraciones que tienen competencia sobre el tema en cuestión. Los motivos que nos han llevado a esta situación de bucle son muchos, y las soluciones no son fáciles, puesto que engranan grandes controversias de opinión y posicionamiento entre los distintos agentes que han entrado a formar parte del juego (abogados, Colegios Oficiales, Asociaciones de Terapias Naturales, Instituciones del Estado, Escuelas, legislaciones internacionales…).
A pesar que, actualmente, la ley deja muy claras las competencias del ámbito sanitario y del no sanitario, lo cual no debería dar lugar a dudas del terreno que compite a cada una de las partes, de algún modo el debate que nos afecta a los profesionales de la MTC (muchas veces extensible a muchas otras terapias) sigue estando muy vivo, siendo el siguiente:
¿Quién puede aplicar acupuntura en nuestro país… el personal sanitario y/o el no sanitario?, ¿Se debe o no incluir dentro de una medicina alopática y científica los procedimientos extraídos de una medicina con más de 3.000 años de antigüedad, que posee su propio paradigma para su correcta utilización en la valoración de desequilibrios y aplicación de la misma?, ¿Qué posicionamiento tienen las distintas partes sobre la pruebas científicas o no científicas de esta medicina?, Quienes tachan la MTC de esoterismo y placebo… ¿por qué quieren apoderarse de ella e integrarla en sus planes de estudios?, ¿Por qué existen legislaciones tan distintas según el país en cuestión?, ¿Por qué dentro de un país existe tanta opacidad sobre el tema respecto a otros países?, Según algunos, un médico chino que ha estudiado ocho años de MTC en China de forma oficial no debería poder ejercer MTC ¿Pero en cambio sí contratarlo para que forme personal aquí en nuestro país? ¿El alumno podría ejercer y el profesor no?, ¿Qué mueve todo este conflicto… el bienestar del paciente, los múltiples intereses, los posicionamientos de fuerza?…
Como veis, un tema nada fácil de analizar y contradictorio en muchos aspectos. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
Desde Acupcan, nuestra posición es clara y comparte al 100% las decisiones de regulación tomadas por países como China o Portugal; es decir, sólo el que haya cursado y superado estudios específicos de Medicina Tradicional China posee los conocimientos necesarios para poder razonar, interpretar los desequilibrios y aplicar la terapia, bajo el punto de vista de la medicina que dio origen a la acupuntura, la MTC.
Consideramos que la correcta trasmisión de conocimientos en MTC, lleva años de estudios específicos y debe ser trasmitida por profesionales que ejercen esta profesión, no otra. Son cosas totalmente distintas. La MTC debería ser patrimonio de la MTC.
Toda esta falta de regulación hace que, exista personal sanitario y no sanitario que, a pesar de haber realizado algún tipo de formación en acupuntura, no alcanza los estándares necesarios que requiere el estudio en profundidad de la Medicina Tradicional China, aplicando la terapia de forma deficiente y sin desarrollar todo su potencial debido a la falta de conocimientos. Porque con la Acupuntura correctamente aplicada por profesionales capacitados, desequilibrios graves pueden dejar de serlo, dejando de ser dependientes de por vida, recuperando la calidad de vida u obteniendo una calidad de vida muy superior a la tenida con anterioridad.
Por ese motivo seguimos reclamando que se regularicen los estudios de MTC como se merecen. La no regulación también afecta a la calidad de las propias Terapias Naturales, puesto que no existen unos mínimos o estándares oficiales a cumplir. A pesar que distintas Asociaciones y Universidades de prestigio nacional e internacional marquen los estándares de calidad a seguir, necesitamos una regulación propia ya.
Desde Acupcan seguiremos avanzando para consolidar proyectos de calidad e intentaremos que las instituciones de nuestro país integren a la Medicina Tradicional China como una carrera oficial nacional, que abarque todos los conceptos del paradigma original que la generó, y que son sólo los profesionales en MTC los que garantizan la correcta aplicación y ejecución de la acupuntura y todos sus beneficios, y no la buena voluntad del ser humano, ni la capacitación en otras disciplinas. Son mundos diferentes que comprenden la esencia del cuerpo humano de forma distinta.
Junto con la FEMTC, seguimos reclamando la homologación y regularización de los estudios en MTC, pues consideramos que los conocimientos de la MTC son propios de la MTC, y deben ser transmitidos por aquellos profesionales de la MTC, los cuales a través de los años de estudio y la experiencia adquirida, poseen herramientas y razonamiento propio.
Bajo nuestro punto de vista y experiencia, existen demasiados intereses económicos aún en juego que dificultan el consenso entre partes, que muchas veces dista mucho de perseguir el objetivo principal: el bienestar del individuo.
Difamación, campañas de desprestigio, acusaciones falsas, presiones y lastimosas palabras encubiertas de letras legales es lo que muchas veces encuentran, desgraciadamente, los profesionales de las Terapias Naturales en su día a día.
Sin duda, en este país todavía se le teme a la competencia que puedan representar las posibilidades de mejoras en el bienestar que representa el ejercicio de la acupuntura.
Las cosas por su nombre. No permitamos que se nos continúe frenando el acceso al conocimiento. Que nadie haga de esto un monopolio. Como ciudadanos, a día de hoy, tenemos derecho a optar y a decidir el profesional que nos atenderá.
Pero no olvidéis que ésta sólo es una cara de la moneda. Pues no hay luz sin oscuridad. Existen muchísimos profesionales, sean del ámbito que sean, dispuestos siempre a ayudar, a mejorar, a cooperar, a buscar puntos de encuentro, a echar o a pedir una mano cuando se necesita, a ilusionarse… Prueba de ello es el equipo multidisciplinar de Acupcan y todos aquéllos con los que diariamente trabajamos y compartimos (profesionales, alumnos, clientes…), personas procedentes de naturalezas y campos muy distintos, siempre dispuestas a aportar valor añadido a este mundo, sintiendo el respeto y el amor que la MTC merece.
Y decimos todo esto porque podemos. Sólo hablamos de lo que hemos vivido en nuestras propias carnes y de lo que le podemos poner nombre. De lo difícil y de lo fácil. De lo bueno y de lo menos bueno.
Como escuela, nos vemos con la obligación moral de compartir toda la información que está en nuestras manos, nuestro criterio, nuestras fortalezas, nuestras debilidades, nuestros aciertos y nuestros fallos.
Esperamos que, después de haber leído esta pequeña reflexión, sintáis que poseéis mayor información y herramientas para poder elaborar criterio propio, convicción y posicionamiento personal.