Esta vez queremos hablaros de nuestra mayor historia de éxito y la razón por la cual nació Acupcan, nuestro perro Migué, el cual falleció la semana pasada después de 12 años compartiendo su vida con nosotros.

Socio principal en esta aventura, fue un gran maestro hasta el último momento y todo lo que él ha hecho por la acupuntura y por Acupcan, la Medicina China se lo ha devuelto con creces hasta el último suspiro.

Migué era un Golden que empezó con un episodio de dolor intenso hace 9 años, después de visitar diversos veterinarios que no supieron encontrar un diagnóstico definido, un buen traumatólogo le diagnosticó artrosis temprana grave, prescribiendo una actividad moderada y limitada de por vida y sin ningún tratamiento preventivo más allá que la ingesta de medicación para el dolor cuando fuera necesario.

En ese momento fue cuando supimos que teníamos que buscar una solución, no podíamos condenar a nuestro compañero de 4 patas a una vida sedentaria y aburrida, esperando a envejecer de manera temprana, y con una vejez de mala calidad, plagada de medicación…

Fue entonces cuando la Acupuntura y la moxibustión se convirtieron en compañeras de viaje de Migué, tratando su Insuficiencia de Yang de Bazo y Riñón, la Humedad acumulada en articulaciones y los Bloqueos de Qi y Sangre locales.

Migué pudo vivir una vida plena de actividad (montaña, playa, running, excursiones a la nieve…) como cualquier perro hasta los 11 años, sin tomar nunca medicación y sin ningún problema de salud.

A partir de los 11 años lo “jubilamos” de la actividad intensa para poder pasar a vivir una vida de sénior de lujo: acupuntura, moxibustión, tuina, alimentación natural, actividad moderada, compañía de la familia y sus amigos… en fin, una vejez dorada.

Al cumplir los 12 años, empezó a respirar con dificultad, y finalmente fue diagnosticado por un veterinario de fibrosis pulmonar. Cada vez entraba menos aire en sus pulmones, pero aún y así tuvo calidad de vida hasta que el problema empeoró, con el riesgo de empezar a no tener una vida digna (el riesgo de ahogo era muy grande en los próximos días…).

En ese momento, después de haber vivido una  vida digna y plena, tuvimos que decidir dormirlo, y en sus últimos momentos, también la acupuntura fue su gran aliada.

Acupuntura perros

 

Los últimos dos días, su respiración era muy reducida, por la noche empezaba a sentir la falta de aire y le costaba dormir. La noche antes de la eutanasia, le pusimos acupuntura para relajarlo y que pudiera descansar, pasó una plácida noche (habiendo disfrutado previamente de un festín de comida natural!) y así al día siguiente pudo dar su último paseo al amanecer en su montaña preferida.

Cuando llegó su último día, antes de que viniera la veterinaria a casa para dormirlo, volvimos a aplicarle acupuntura para relajarlo y dejarle marchar. Hasta el final, la acupuntura le permitió vivir con dignidad y aceptar su partida con una paz envidiable para cualquiera.

Al revisar todos los años compartidos, apreciamos lo que la acupuntura había hecho por Migué, le había ofrecido una undefinedcalidad de vida hasta el último momento, y una partida en paz, no se puede pedir más…