Enseñar o transmitir no siempre es fácil. Lo que uno tiene en la cabeza, el conocimiento, las experiencias y sobre todo la pasión que uno siente por lo que hace, es algo tan valioso, que a la hora de compartirlo siempre queda la duda de si el receptor lo estará recogiendo como el tesoro que es.
Y es que por encima de todo, el conocimiento se debe compartir, debe trascender a las personas y llegar más allá en el tiempo y el espacio. Y sobre todo una disciplina tan poco extendida como es la Acupuntura en animales, donde aún queda mucho camino por recorrer y explorar.
La principal premisa de Acupcan es el amor por los animales y por la Medicina Tradicional China. En el respeto hacia ellos es donde se basa toda nuestra formación, procurando que el conocimiento transmitido sea de la máxima calidad y rigurosidad para que en todo momento el bienestar del animal esté garantizado.
TOD@S nuestr@s alumn@s son excepcionales, personas que aman a los animales por encima de todo y al mismo tiempo comparten una inquietud en cómo mejorar su bienestar a través de métodos no invasivos, seguros y respetuosos como los que ofrece la Medicina Tradicional China.
Estos días un ex alumno de Acupcan, Iñaki Carretero (co Director de Ingravity Dreams. Bienestar animal), nos ha hecho llegar un texto escrito con mucho cariño y desde el corazón, el cual nos ha hecho mucha ilusión recibir y no hemos dudado en querer compartir con tod@s vosotr@s.
Reflexiones:
Parece que fue ayer cuando me pegué por primera vez con el mundo de la acupuntura.
Voy a ser claro, yo venía de un mundo más científico y tenía mis reservas, pero nuestro nuevo sueño, la construcción de nuestro centro de bienestar animal me empujaba a estudiar algo que fuera complementario con mi formación en terapia craneosacral y fisioterapia animal.
No sé el porqué, pero yo y mi socio, nos animamos a invertir dos años de nuestra vida para empezar a formarnos… Sí, digo empezar, ya que ahora que estoy enganchado, esto es un continuo aprendizaje…
Pero voy a hablar por mí mismo: a la piscina que me tiré, sobre todo después de hablar con la directora de Acupcan, otro sueño que acababa de empezar como fruto de muchos años de estudio, práctica y tesón.
Quizás me convencí cuando vi que el proyecto y la formación eran muy serios.
Quizás me convencí cuando vi que de verdad se preocupaban por nuestra formación.
O quizás me convencí al ver que de verdad estaba aprendiendo, formándome.
Pero sobre todo me convencí cuando, después de unos cuantos meses de estudio, me di cuenta de que no me estaban enseñando “pinchopuntura”, que es lo que había experimentado hasta el momento fuera del curso, en la vida de ahí afuera.
Me estaban enseñando a reflexionar, a pensar desde la filosofía de la MTC y sobre todo a olvidarnos de “fórmulas magistrales”.
Me han enseñado desde el estudio y la práctica a valorar desequilibrios buscando sus raíces: observando, pensando y analizando hasta el último detalle físico, psíquico y mental del animal, tanto contado por él, como por sus familias humanas.
Ya hace un tiempo que acabamos nuestros estudios con vosotros, y vemos que ha valido la pena. ¿que cómo lo sabemos? Fácil, viendo los resultados en nuestros clientes.
Acupcan, gracias por construir en nosotros estos cimientos tan sólidos, gracias por compartir todo vuestro entusiasmo y conocimientos con nosotros, pero sobre todo gracias por habernos enseñado a reflexionar y pensar por y para la MTC, como estoy seguro se ha hecho durante siglos con muchas otra personas antes que nosotros.
Nos veremos en el camino...”
Aprovechamos este espacio para agradecer a cada uno de nuestros alumnos su implicación, ilusión, pasión y dedicación. Sin ellos todo esto no habría sido posible.
MUCHAS GRACIAS!
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