Guestpost de Susana Blanco de Aromaninalia

Los numerosos consejos, el sentido común, junto con las reflexivas recetas de aromaterapia permiten hoy en día poner en práctica una medicina natural para los animales, de acuerdo con la ley de la Naturaleza”
Doctor Jacques Leguern, Veterinario bioterapéuta.

Me gusta definir la aromaterapia, o aromatología, la ciencia de las plantas, como una fusión entre la ciencia y la Natura, ya que a mis ojos poetiza toda una exaltación y reconciliación con la Madre Naturaleza, de la que tanto hoy por hoy, nos hemos alejado.

Nos negamos, por un motivo para mí aún desconocido, a ensalzar, a exhalar el perfume curativo de las esencias, y nos aferramos fervientemente y de manera categórica a los productos de síntesis artificial como única vía de escape para el tratamiento de nuestros amigos los animales.

No se trata en absoluto de abrir una guerra entre lo natural y lo artificial, sino únicamente de aceptar a la aromaterapia como una manifestación expectativa o como una candidatura integrada dentro de cualquier protocolo terapéutico, eso sí, siempre tras un aval acreditado y documentado.

Tal vez dicha negación o desdeño, sea fruto del desconocimiento, del desuso de una tradición milenaria dormida en el olvido, del deterioro a causa de algunos ineptos ávidos de lucro y éxito, o simplemente tal vez sea, el mero destino de una especie arrogante y miope, la nuestra, hacia los frutos altruistas que nos concede la sabia Naturaleza.

Sinceramente, no creo en quienes creen en los “fortuitos milagros aromáticos”, en los preparados aleatorios, en las quimeras, en la superchería ni en el poder de un péndulo, creo en la química de sus moléculas y en su potencial terapéutico, creo en sus propiedades bioeléctricas y biológicas y en su impregnación informativa.

¿Cómo adentrarse en la fitoaromaterapia?

A partir de aquí, debemos desarrollar conocimientos profundos sobre interfaces de aplicación, galénica, formulación, bioquímica, propiedades terapéuticas, sintomatología, biología, conducta y aprendizaje animal, llevando a cabo un trabajo responsable, coherente, con precaución y con la máxima seguridad terapéutica.

Para mí no existen los caminos cómodos ni fáciles, ni las fulminantes soluciones heredadas de una inspiración azarosa, el único camino que hace de la fitoaromaterapia una alternativa fiable y garante es el conocimiento, la creatividad, la auscultación del alma animal, la experiencia de un abrazo con la vida, la buena fe y la adecuada praxis.

El hecho de trabajar la fitoaromaterapia y aplicarla en animales no humanos, jamás ha de ser sinónimo de infravaloración, artificio y picardía, beneficiándose por una carencia de queja por parte de estos.

Debemos valorar la situación y la problemática que presenta el animal, conocer su diagnóstico veterinario, su sintomatología, y en muchos casos utilizar la fitoaromaterapia únicamente con coadyuvante de su tratamiento alopático.

En el campo del trabajo con animales, no está de más añadir que del mismo modo que es importante reconocer síntomas y saber aplicar tratamientos adecuados, en muchos casos también va a ser necesario tener conocimientos  profundos sobre psicología animal, teorías del aprendizaje, biología de la conducta, neuropsicología, comunicación y manejo.

En ocasiones, no basta la mera aplicación en el animal de aceites esenciales con propiedades relajantes para el tratamiento de problemas conductuales, ansiedad, miedos, fobias, etc. sino que se debe tener conocimientos de modificación de conducta y/o terapias conductuales para asegurar el éxito del tratamiento, ya que únicamente el uso aislado de estos aceites sería similar al hecho de colocar una tirita sobre una herida infectada.

¿Y para qué sirve?

A menudo hay personas que me plantean la siguiente pregunta aparentemente tan sencilla y al mismo tiempo tan compleja en cuanto a su resolución: mi perro/gato hace pipí en casa, ¿qué aceite esencial le puedo dar?

Opino que es tirar el tiempo, desperdiciar el gran potencial de la fitoaromaterapia, y mucho peor aún, jugar con la salud del animal y las expectativas de su cuidador, haciendo creer a una persona que con la mera aplicación de un aceite esencial el problema se va a solucionar, cuando realmente se debe hacer un trabajo profundo y exhaustivo para valorar el porqué de esa situación.

En primer lugar, y en este caso concreto, se debería descartar cualquier tipo de problema orgánico asociado a las eliminaciones inadecuadas y una vez descartado, evaluar si se trata de un problema conductual, de marcaje, falta de aprendizaje, de acceso al exterior, fobias, disfunción cognitiva, estrés crónico, etc., y  actuar en consecuencia tras haber averiguado el origen después de un exhaustivo chequeo sobre la salud, el entorno y las interacciones con el animal.

En el caso de tratarse de un problema de estrés crónico que requiera de una buena terapia conductual y de reducción de estrés,msí que hay una muy buena cabida para el uso complementario de la fitoaromaterapia aprovechando las propiedades relajantes, sedantes y equilibrantes del sistema nervioso (simpaticolíticas y parasimpaticotónicas) presentes en muchos aceites esenciales y utilizando diferentes vías de aplicación: la vía oral, la perfusión aromática y/o la difusión atmosférica.

Estas propiedades las podemos encontrar en algunos alcoholes monoterpénicos (linalol, 1-4 terpineol), ésteres aromáticos (acetato de linalino), ésteres nitrados (meti-antranilato), ésteres terpénicos y aldehídos terpénicos (citrales como el neral y el geraniol), presentes en aceites como la lavanda, lavandín, mandarina manzanilla, mejorana, naranjo amargo (hoja), naranja dulce, azahar, hierbaluisa, etc.

Existen también muchas situaciones en el uso de la fitoaromaterapia en animales en las que los aceites esenciales presentan gran cantidad de beneficios en sí mismos para el tratamiento de problemas meramente orgánicos. Por ejemplo, en dermatología, para el tratamiento de todo tipo de dermatosis,  quemaduras, heridas, infecciones parasitarias o fúngicas; en problemas osteoarticulares y musculares, en problemas respiratorios, o para la estimulación del sistema inmunitario, entre otros.

Así pues, en este artículo os propongo una sencilla receta de una pomada antiséptica y cicatrizante para aplicarla sobre aquellas heridas, rasponazos, arañazos, rozaduras, pequeñas quemaduras, etc. que sufran vuestros compañeros animales.

Receta de pomada antiséptica y cicatrizante

 

aromaterapia

 

Primero se debe valorar, con la ayuda de un veterinario, si el animal debe recibir una pauta antibiótica, puntos de sutura o cirugía, según la gravedad de la herida. Para tratar la herida se deberá hacer una fórmula con aceites esenciales que presenten propiedades antisépticas, antálgicas, antiinflamatorias, antibacterianas, cicatrizantes, regenerantes y/o hemostáticas.

Entre los posibles aceites esenciales que podemos utilizar para elaborar esta fórmula entrarían los siguientes:

Con propiedades cicatrizantes: jara, geranio, mirra, mirto, siempreviva (antihematoma)…

Con propiedades antibacterianas o antisépticas: palmarrosa, palo de rosa, tomillo linalol, árbol del té, clavo…

Con propiedades antálgicas: laurel, menta, espliego, palmarrosa, manzanilla romana…

Con propiedades antiinflamatorias: lavanda, lavandín, manzanilla romana, árbol del té…

Con propiedades hemostáticas: jara y geranio.

 

Como aceite vegetal portador de elección sería el oleato de hipérico que tiene propiedades cicatrizantes, antálgicas y vulnerarias, así como el aceite de calófilo, buen antiinflamatorio y regenerante.

Podemos elegir diferentes vectores galénicos, es decir, diversos excipientes que contengan estos principios activos. Podemos realizar el preparado bien, en forma de crema (emulsión), pomada, ungüento, gel, cataplasma de arcilla, aceite aromaterapéutico, etc.

Nosotros vamos a elegir en forma de ungüento o pomada.

Ingredientes para 100 gr:

aaee de árbol del té 2%= 2 ml= 50 gotas

aaee palmarrosa 1%= 1 ml= 25 gotas

aaee jara 1% = 1 ml= 25 gotas

aaee lavanda 3%= 3 ml= 75 gotas

aaee mirra 1%= 1 ml= 25 gotas

Oleato de hipérico o aceite de oliva virgen 86%= 86 gr

Cera vegetal candelilla (vegana)/de abeja (no vegana) 6%= 6 gr

 

Elaboración

Fundimos al baño María la cera junto al oleato de hipérico.

Una vez fundida, hacia los 60º, retiramos del fuego y añadimos los aceites esenciales.

Envasamos en un recipiente de cristal y dejamos enfriar.

Protocolo de aplicación:

Si la herida está sucia o supura, la limpiaremos con una solución compuesta de hidrolato de lavanda y camomila a partes iguales. Lo introducimos en un frasco de spray y lo aplicamos directamente sobre la herida para limpiarla con la ayuda de una gasa estéril.

Limpia la herida, aplicamos una cantidad generosa del preparado elaborado sobre la herida. Si la herida no corre peligro de infección la dejaremos al aire con cuidado de que no se impregne de suciedad. Aplicaremos el preparado 2 veces al día.

Si la herida corre riesgo de infección una vez aplicado el producto taparemos con una gasa estéril y realizaremos un vendaje no oclusivo, en función del estado de la herida. Realizaremos esta operación completa dos veces al día hasta curación total.

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Susana Blanco.
Bióloga etóloga y especialista en fitoaromaterapia científica en animales.
www.aromanimalia.es