En el universo de las terapias integrativas, la terapia biomagnética es una de esas herramientas que sorprende por su simplicidad y profundidad. ¿Sabías que el uso de imanes terapéuticos puede ayudar a perros y gatos mayores a tener mejor calidad de vida? ¿O que puedes acompañar el proceso postoperatorio de un animal con una técnica no invasiva, que puedes aplicar tú mismo en casa?

En Acupcan creemos que compartir conocimiento es cuidar. Por eso, en este artículo recopilamos lo más valioso de nuestra entrevista con María Alonso, fisioterapeuta integrativa y docente de nuestro Curso de Terapia Biomagnética, para explicarte todo lo que necesitas saber sobre esta técnica: cómo funciona, en qué casos es útil, y por qué puede convertirse en una gran aliada para los profesionales del bienestar animal.

Escucha la entrevista en formato podcast.

 

¿Qué es la terapia biomagnética en animales?

La terapia biomagnética utiliza imanes estáticos colocados estratégicamente cerca del cuerpo del animal para generar efectos terapéuticos a través de su campo magnético. Estos imanes tienen dos polos —positivo y negativo— que, dependiendo de cómo se usen, pueden calmar zonas inflamadas, activar tejidos con poca energía o equilibrar regiones del cuerpo que necesitan regularse.

En animales, esta terapia se ha mostrado especialmente útil porque no implica contacto invasivo, ni fármacos, ni procedimientos dolorosos. Para perros y gatos con sensibilidad, miedo o dolor crónico, es una opción especialmente amable. Además, puede combinarse fácilmente con otras técnicas como la acupuntura, la fisioterapia o la nutrición integrativa, potenciando sus efectos.

Según María, lo más potente de esta técnica es que puede seguirse aplicando en casa, entre sesiones, y eso ofrece continuidad terapéutica en manos del responsable del animal.

Los fundamentos de la Terapia Biomagnética

La base de la terapia con imanes es completamente científica. Los campos magnéticos generados por los imanes influyen en la actividad celular del cuerpo. Dependiendo del polo utilizado, podemos inducir efectos distintos en el organismo.

El polo negativo, que suele estar identificado con color negro, ayuda a bajar la inflamación, reduce el dolor y calma la zona donde se aplica. Es ideal para zonas inflamadas, calientes, con sobrecarga o para procesos postoperatorios. En cambio, el polo positivo actúa como estimulante: reactiva zonas con baja vitalidad, mejora la oxigenación y favorece la circulación.

Los imanes no solo trabajan a nivel físico, también actúan sobre el sistema nervioso y el equilibrio energético general. Al no requerir contacto directo con el cuerpo, pueden aplicarse a unos pocos centímetros de distancia, lo que resulta muy útil en gatos o animales que no toleran bien el contacto prolongado.

¿Cómo los imanes pueden acompañar el bienestar de los animales senior?

El envejecimiento en animales suele ir acompañado de síntomas crónicos que afectan a su calidad de vida: rigidez, dolor articular, menor movilidad y un descenso progresivo de su energía vital. No es casual que la mayoría de las consultas en terapias integrativas estén protagonizadas por animales mayores.

Aquí es donde la terapia biomagnética cobra especial relevancia. Al ser una técnica suave, adaptable y sin efectos secundarios, se convierte en una aliada perfecta para aliviar síntomas sin añadir estrés. María Alonso nos cuenta que en consulta es habitual tratar perros con molestias en la columna o el tercio posterior, y que con una colocación estratégica de imanes se puede reducir el dolor en pocos minutos.

Además del trabajo en consulta, la continuidad en casa es clave. Enseñar a los responsables a aplicar los imanes de forma sencilla, por ejemplo, colocándolos en la zona de las almohadillas traseras durante unos minutos al día, permite mantener el efecto terapéutico a lo largo del tiempo y generar una rutina de cuidado que fortalece el vínculo humano-animal.

Aplicación de la Terapia Biomagnética en casos reales

Más allá de la teoría, lo que enamora de esta terapia son los resultados evidentes. Uno de los casos que más se repiten en consulta son los de animales que han perdido movilidad o presentan rigidez en las extremidades. Los imanes, aplicados de forma regular, ayudan a relajar la musculatura, mejorar la oxigenación del tejido y recuperar algo de elasticidad en las zonas afectadas.

También se utiliza para elevar la vitalidad general del animal, algo fundamental en animales mayores donde todo parece ir “apagándose”. Con una aplicación diaria de unos minutos con dos imanes de polaridades opuestas, se estimula la circulación, se activa el sistema energético y el animal, poco a poco, vuelve a mostrar señales de bienestar: más ganas de moverse, más curiosidad, más contacto.

María lo explica: “No es magia, es acompañamiento. Y cuando el animal está acompañado con conciencia y presencia, responde mejor a todo”.

Mira la entrevista completa con María Alonso en nuestro canal de YouTube.

Aplicación postoperatoria de los imanes terapéuticos

Otro gran campo de aplicación para los imanes es el proceso quirúrgico. No sólo después, sino también antes y durante la recuperación. Y aquí, más que una herramienta secundaria, la terapia magnética se vuelve un recurso preventivo, calmante y regenerador.

Antes de la cirugía, los imanes pueden usarse para equilibrar la zona donde se va a intervenir. De este modo, los tejidos llegan al quirófano en un estado más armónico y con mejor capacidad de cicatrización. También pueden utilizarse para regular el sistema nervioso y disminuir el estrés, lo cual reduce el riesgo de complicaciones anestésicas.

Después de la operación, aplicar un polo negativo en la zona de puntos ayuda a reducir la inflamación, calmar el dolor y prevenir infecciones, sin necesidad de fármacos adicionales. Y, al no requerir contacto directo, el animal se siente seguro y relajado. La recuperación mejora cuando el animal está tranquilo y sin dolor.

¿Cómo aplicar los imanes terapéuticos en casa?

Una de las mayores ventajas de esta técnica es que no requiere equipamiento complejo ni experiencia previa para comenzar. Eso sí, siempre debe hacerse bajo indicación o supervisión de un profesional capacitado. Estas son algunas recomendaciones básicas para responsables de animales:

  • Elegir imanes terapéuticos adecuados al tamaño del animal
  • Aplicar entre 6 y 10 minutos al día, en un momento tranquilo (por ejemplo, durante una caricia).
  • Colocar los imanes en zonas accesibles como las patas, abdomen o zona lumbar.
  • Observar la respuesta del animal. Si muestra incomodidad, cambiar de posición o reducir el tiempo.

Como profesionales, enseñar estas rutinas a los responsables es una forma de involucrarlos activamente en el proceso terapéutico y reforzar el vínculo con su compañero animal.

Errores comunes y cómo evitarlos

Como toda herramienta terapéutica, los imanes requieren conocimiento. Uno de los errores más frecuentes es usar cualquier tipo de imán sin saber su polaridad, lo que puede generar el efecto contrario al buscado. Otro error es aplicar demasiados minutos sin observar la respuesta del animal, lo que puede provocar fatiga o sobreestimulación.

También es importante evitar su uso en animales con marcapasos, implantes metálicos o sin diagnóstico veterinario claro. Como recuerda María, “los imanes no sustituyen una atención clínica, pero sí complementan de forma poderosa cualquier tratamiento bien orientado”.

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Este curso cubre desde los fundamentos hasta las aplicaciones prácticas, incluyendo casos reales, demostraciones en vídeo y materiales descargables. No es necesario tener conocimientos previos ni experiencia en magnetoterapia: es un curso diseñado para ser claro, aplicable y directamente útil en tu día a día profesional, dictado por María Alonso. 

Como profesionales del bienestar animal, incorporar herramientas como la Terapia Biomagnética nos permite ofrecer una atención más completa, más sensible y más respetuosa con el ritmo de cada animal. Y al enseñar a los responsables a aplicar pequeños gestos de cuidado en casa, multiplicamos el impacto positivo. Como profesional del bienestar animal  mereces herramientas que te inspiren y te impulsen. 

Aplicar la Terapia Biomagnética es una forma de decirle al animal: “Estoy aquí, te acompaño, y haré lo posible por ayudarte”.